Las cifras sobre problemas de concursos o quiebras en las empresas no son alentadoras, lo que da una oportunidad de especialización en un nicho caliente. La UAI ofrece dos posgrados para aprovechar.
Los vaivenes económicos golpearon en el último tiempo al esquema empresarial Pyme, más pegado a la coyuntura y lo particular que a lo estratégico al largo plazo. Según un informe reciente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), durante el primer trimestre de 2019 fueron 292 casos de firmas con problemas de concursos o quiebras en CABA y en las provincias de Buenos Aires y Córdoba (las tres acaparan el 61% de las empresas registradas del país). Esto se traduce en un 16% más respecto a igual período de 2018, y el incremento de concursos y quiebras respecto de 2016 es de 76%. En lo que respecta a los Concursos, entre el primer trimestre de 2018 y 2019 se evidenció un incremento total de 71%, con 125 casos. Además, fue un remonte del 155% respecto de 2016, que había sumado 49. “En el caso de las quiebras, sumaron 167 en el primer trimestre de 2019, un 6% menos que en 2018, pero 43% más que los 117 casos de 2016”, describe el informe.
Y como pregona el dicho popular, la crisis de unos puede convertirse en la oportunidad de otros. Especializarse en concursos y quiebras y/o en sindicatura concursal, puede ser un plus en el competitivo mercado laboral. “El plan de negocios es un elemento de gestión que requiere un alto grado de capacitación para la dirección eficiente y exitosa de la empresa”, opinó Luis María Ghiglione, director de posgrados de especialización en Sindicatura y Concursos y Quiebras de la Universidad Abierta Interamericana (UAI).
Según su visión, es importante, ante una crisis empresarial, “advertir con tiempo aquellas dificultades que puedan presentarse y estar preparados para afrontarlas con éxito”. “Podemos hacer un breve y escueto esquema con dificultades financieras, cesación de pagos, recomposición patrimonial y negocial o liquidación. Estos estadios, consecuencia ya sea de factores externos como internos, de gestación lenta o de cambios muy rápidos, necesitan, antes que nada, de la visión, la formación y la rapidez en las respuestas adecuadas. De ahí que capacitarse en las herramientas legales y económicas para el manejo de estas consecuencias de las crisis, constituye una necesidad y una ventaja competitiva para todo profesional en un ambiente de restricciones económicas y disminución de la actividad”, estimó Ghiglione.
En este sentido, contó que la UAI cuenta con dos postgrados. Uno (Concursos y Quiebras) orientado a los contadores públicos, ya sea que se desempeñen como síndicos o como asesores financieros de empresas en crisis. El otro (Sindicatura Concursal), incluye a los abogados y otras profesiones que tienen un desempeño particular en las situaciones de crisis empresarial “profundizando con mayor amplitud en el análisis de estas situaciones críticas y económicas de los negocios”, detalló.
Lo importante de ambas capacitaciones es que, desde el primer día, se les da a los cursantes acceso a herramientas financieras, económicas y legales propias de la crisis. Respecto de la legislación vigente en la Argentina, Ghiglione estimó que “siempre ha sido variable y, tal vez, excesiva en muchos campos”.
En el caso del régimen preventivo de la crisis y el régimen concursal, el primer enfoque importante, luego de las Ordenanzas de Bilbao vigente hasta la Organización Nacional, del Código de Comercio de 1859, y de la Ley 4156 de 1902, fue la Ley Castillo 11719 de 1933 que rigió hasta 1972 cuando fue reemplazada por la Ley Alegría de 19551 de 1972. Estas dos últimas leyes generaron un régimen concursal con requisitos fuertes y calificación comercial de la conducta de los administradores, que llevaba a un fuero especializado el tema de la habilitación para desempeñarse como director o gerente de una sociedad, poniendo énfasis en la necesaria contabilidad mercantil para justificar una solución preventiva.
En 1995, se sancionó una Ley despenalizadora y liberal, 24522 que rige hasta el día de la fecha. “Es defendida por muchos operadores pero que, a juicio de otros, entre los que me encuentro, requiere de una revisión total. Por varias causas, entre las que ocupan un lugar no sólo el hecho de haberse sancionado con sólo un mes de plazo sino sin duda los sucesivos ‘parches’ o modificaciones que fueron consecuencia de esa circunstancia, y sobre todo de los cambios políticos que devinieron recién iniciado el siglo actual”, analizó. Con todo esto, no caben dudas de la necesidad de capacitarse para enfrentar con éxito las actuales y futuras turbulencias. “Estos posgrados constituyen un medio destacado y calificado para lograrlo”, concluyó Ghiglione.